viernes, 2 de marzo de 2012

RARAMURI





RARAMURI


En medio de la piedra
Y de esta tierra infertil
Una mirada infantil
Divisa en el cielo un
Ave gris de fierro y fuego
Que arroja esperanza
Pero esta no alcanza
Se ve tan pequeña tanto
De lejos como de cerca
Corre por el valle a avisarle a su tata
Cuando este llega el
Envoltorio es ligero
Se lo lleva a su mujer y le
Dice hoy comeremos
Pero mañana tambien?
Tiempos electoreros
Divina coincidencia
Y cuando el conteo acabe
¿Quien se acordara de nosotros?

BUSCAME


Cuando los nativos te escriben una carta para pedirte que regreses, no dicen, ven porque te necesitamos, ellos dicen, ven porque sabemos que nos necesitas...
Isaac Danielsen – Memorias de África






BUSCAME



Búscame cuando estés triste o agobiado,
yo sabré llevarte de la mano
Por caminos sinuosos,
donde casi sin darte cuenta
olvidarás el porqué de tu tristeza.

Búscame cuando estés enfadado, furioso y de mal humor.
Aguantaré tus reclamos y tus lloros
y ya después cuando sientas que ya no hay mas
Disfrutaremos el simple hecho de estar vivos y juntos.

Entrégame tus odios, rencores y envidias,
Yo sabré depositarlos en un lugar
Donde no te puedan alcanzar y por qué no?
Entrégame también tus amores,
Tus mimos y cariños.

Búscame y deja encontrarme en tu recuerdo,
en el mío,
en el nuestro.

lunes, 2 de enero de 2012

MESA DE LAS TABLAS


Me gusta viajar en autobus, si pudiera abriría la ventana para que el aire me acariciara la cara, me conformo con ir viendo como a lo lejos se ve una casa y por alla todavia mas lejos otra, qué se sentirá vivir tan aislado de todo y de todos, me pregunto. Y la idea me gusta.

Tanto terreno, tanto espacio, porqué nos empeñamos en vivir todos amontonados en las ciudades, cómo me gustaría ser del campo, hasta aqui llega el autobus, de aqui pa adelante el camino es a pie, me bajo del autobús y puedo ver el letrero con el nombre del pueblo: SANTA RITA.

Mis compañeras me acompañan, no dejan de hablar, yo me voy rezagando, disfrutando del paisaje, aspirando el olor a pino, el auténtico olor a pino y no falacias que nos venden embotelladas.

Al caminar a la orilla de la carretera, me doy cuenta de que estamos en primavera por el color de las flores, lila, amarillo, rojo, verde, la paleta de colores explotan en mis pupilas, los tonos, el olor, la impotencia que siento al pararme para admirar una montaña, un pino, me siento insignificante y al mismo tiempo afortunada, por estar aqui, por el simple y puro hecho de existir.

Llegamos a un lugar que se llama CAÑON DE LOS LOBOS, volteo a ver desconfiada a nuestra guía y pregunto ¿LOBOS?, se rie abiertamente y dice que no hay lobos, al menos a esta hora, no confio del todo en ella, pero sigo adelante, ahora hemos abandonado la carretera y caminamos al lado de un arroyo, tan transparente es, que dan ganas de tomar agua directo del mismo y nos dicen que podemos hacerlo pues viene directo de un venero que empieza un poco atras, toco el agua que esta  fria, nos regresamos al venero y me sorprendo al ver como brota agua de la montaña, tomo un poco, me refresca, me reconforta, seguimos nuestro camino.

Falta mucho? – pregunto
-No unos veinte minutos.

Aqui en el cañon el olor a pino es mas fuerte todavia, no paro de aspirar, me siento tan parte de esto que no quisiera irme, el canto de los pájaros nos acompaña, - por aqui hay guacamayas – nos dicen. Se nota porque este alboroto no es para menos. De pronto me quedo parada, frente a mi, en un tocon esta parado un pájaro azul, le digo a mi compañera –No hagas ruido, mira un pájaro azul. –Ah si me responde ella con toda naturalidad por aqui hay muchos.

Recuerdo con tristeza que el unico pajaro azul que habia visto en mi vida fue en una pelicula infantil, donde los niños se la pasaban buscando el raro pájaro azul, asi que me quede con la idea de que o no existían o econtrar alguno un dia seria una epecie de prodigio, ahora para mi lo es, el tono azulado de este animal no lo habia visto nunca, pasamos por delante de el, y no se inmuta, se sabe en su hogar y nosotros somos los forasteros.
A lo lejos puedo ver el pueblo al que nos dirigimos MESA DE LAS TABLAS, rodeado de montañas, se alcanzan a ver las chimeneas de las casas y el humo que avanza hacia el cielo,  Hemos llegado.