Heme aqui, cuatro años despues retomando el blog, justo cuando los blogs estan agonizando por cortesia del Facebook y el Twitter.
Vuelvo a abrir este espacio como un ejercicio, recién acabo de entrar a un taller literario y me pidieron que escribiera algo para este jueves, y como suele suceder estoy completamente bloqueada y es que una cosa es escribir cuando te llega la inspiracion, y otra muy diferente escribir a wiwi, no se me ocurre nada. Asi que abri de nuevo el blog a ver que sale.
De cuatro años a la fecha, qué ha pasado: mis beibys ya son unos muchachotes mas altos que yo, la niña dulce se convirtió en una adolescente echa y derecha o sease, malcriada, respondona, avientaobjetos, peleonera, etc. etc. pero sigue siendo mi niñita, esperemos que las hormonas se le calmen un poco, mientras tanto a armarse de paciencia.
El niño ya tiene 10 años pero parece de 14 pobre de mijo, cuando le toca pelear en el tae kwon do, le ponen puros muchachotes, quien le manda crecer tan grande pero a pesar de su apariencia es todo corazón ah y salió músico.
H sigue siendo H. pero mejorado y recargado, sigue siendo el esposo perfecto, que nunca recoge nada, que siempre tiene la razon, que no olvida y sí se le olvidan las fechas especiales, especialmente mi cumpleaños, aun asi, seguimos y seguiremos porque a cambio de eso es el mejor padre que puedo imaginar para mis hijos y eso sí nunca nos aburrimos.
En cuanto a mi, sí he cambiado, ya formo parte del exclusivo grupo llamado " Señoras de las cuatro décadas" y sí mi figura ya no es la de los quince y tengo grasa abdominal que los aerobicos definitivamente no pueden quitar pero le sigo poniendo vida a mis años que es mejor y soy amalgama perfecta entre experiencia y juventud, esto no evita los bochornos, el estado bipolar, de pronto me siento feliz con mi existencia, de pronto pego el brinco creyendo oir balazos en cualquier parte y las inevitables crisis existenciales.
En resumen todo sigue igual y todo ha cambiado, nada es para siempre pero siempre algo es mejor que nada.
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